Para A/H.
 
Vi como tu existencia irradiaba un canal,
yo estaba como un muro triste sin muertos:
¿seré una farsa de mi mismo con estos terremotos?,
¿por qué solo con tus partículas me vuelvo loco?
 
Me dijiste que no le tenga miedo a la nada,
que tirara las imágenes de viejos ritmos
para poder escuchar tu olor a plantas,
con aquellos viejos trucos de hechicera
volando por mis pensamientos,
dando una vuelta al cielo,
“para ver lo que es eterno”.
 
Estoy pensando una loca idea:
dos templos se tocan el alma.
Se abrazan las ganas de olores.
Los lentos movimientos
dejan tocar los dos planetas
sintiendo la gravedad propia de las ganas.
 
Y ahora…
 
Quiero sentir el líquido de tu alma.
Quiero buscarte en la rima que duerme la muerte.
Quiero de vos, aquello que produces para otros, no lo tuyo.