Del panadero el estandarte ya se iza
en su club de santa redención
sacudiendo enérgico y soberbio
ese yugo que impone el patrón
 
¡A unirse! ¡A trabajar! A alistarse,
al amparo de una sola bandera
y en marcha triufal sobre la mañana
a alcanzar el porvenir que nos espera
 
Adelante panaderos entusiastas,
siempre fuego... en la lucha por la vida,
fuego... y más fuego en la lucha vencida
hasta que caiga la odiosa esclavitud.
 
Zapateros, carpinteros, albañiles
sed la vanguardia en el simulacro que se ensaya
que el martillo, el formón y la cuchara
rompan el fuego en las líneas de batalla.
 
¡Siempre unidos! ¡Siempre compactos!
¡Todos los gremios, todos en guardia!
Rompan el fuego por todas partes
donde el trabajo se halle humillado.
 
Y mañana en el campamento de la patria
repartiremos la corona de la gloria
y después de rodilla en su templo
dedicaremos nuestros laudos a su historia
¡Viva la patria! ¡Viva el trabajo!
¡Viva el obrero! ¡Viva la unión!
Vivan los gremios todos hermanos
muera por siempre la humillación.
 
Juan Vera, El Noticiero, 12 de julio de 1903.
 
En: Mario Oliva Medina y Rodrigo Quesada Monge (compiladores), Cien años de poesía popular en Costa Rica (1850-1950), tomo II: La musa proletaria (1903-1948) (San José: EUNED, 2008), 15.