Por un lado,
agarre un indio rabioso de Matagalpa,
métase a su casa y oblíguelo a usar zapatos,
páguele menos que a un ladino publicamente,
(a los más violentos, secuéstrelos por la noche)
Pisotee a sus dioses en caras de vírgenes.
 
Por otro lado,
quítele, con un decreto, su pueblo,
asígnele, a unos grupos, tierras para el café,
seguidamente, con la crisis,
compreles esas tierras a precios ridículos,
alquílele un pedazo para poder esclavizarlo,
inténtelos matar de hambre,
reprima sus machetes con armas modernas,
extermínelos.
 
Finalmente,
(a los que queden vivos)
haga que sus camaradas se dividan y maten,
incremente el odio al vecino,
métales, futbol, drogas, ídolos nacionales,
(con tele en todos los rincones)
rompan los barrios con rejas y asaltos,
engáñelos sistemáticamente con partidos políticos,
fumigue con TLC a los campesinos que quedan.
 
(Seguidamente, a solas, reconozcase en el espejo)