Maduración subterránea de la consciencia

Laverne

                               o telegrama para la rebelde-día de ayer
 
Veo el contorno de unos árboles solitarios
      junto a la imaginación de esos pies desnudos
                que caminan por sus raíces como piedras
                   encima de la fuerza que aún grita triste en las ramas,
estando en un mundo pintado sin resolución
      que se mueve estático en el tiempo inmediato,
y veo en la sombra a la falsa libertad
              con esa sonrisa engañosa del adiós.
 
Escucho mis discos viejos
        para descubrir ideas en tus ideas,
              (momento supremo de la reflexión)
con los labios ausentes
      o la mirada perdida en la mesa,
y veo un deseo truncado
       junto a las viejas ganas que caducan,
y ahora pienso que ahí
        —donde todo sirve —
             se debate la mentira,
           (con gritos izquierdistas)
y veo en tus ojos malditos
               una historia de un futuro incierto,
 
y pienso que lo dejaría todo...
 
dejaría la cordura, las matemáticas, todo…
 
dejaría todo por las ganas de creer en algo con sentido,
                      por esa miel amarga de un golpe en la cara…
 
dejaría todo por esos sonidos de los árboles citadinos
                        que se mueven en medio de un basurero
                                                    simulando a la libertad,
           (como gritando “¿dónde estás?”)
para estar junto a la rebelde de pies desnudos,
que nutre sus raíces con lágrimas de rabia,
que caen al suelo para abrazar los ríos subterráneos
de una esperanza que calienta en mares invisibles,
 
lo dejaría todo...
 
                                                                  Valencia, junio 2019