Volcán

Laverne

Pisando las venas del volcán, se deslizan
hacia sus recintos de piedra
cientos de trabajadores
todas las mañanas.
 
Estas hirvientes corrientes semidormidas
van como si el destino de ser ardientes,
pegados unos a otros,
los llevara a su destino
de muerte, en el enfriamiento.
 
Sin embargo, unas exploración minera
reparte a la humanidad muerta en todas
edificaciones de concreto.
 
Es imposible olvidarse de ellos,
aunque pinten sus paredes.
 
Ayer estaba con un amigo ardiente
hablamos de como hierve el centro
del volcán, y de como, cuando explote,
va a reconfigurar la forma del cono.
 
(Estábamos planeando,  con nuestros
amigos del interior, como adelantar
este proceso, y como hacer ver a la
humanidad, que nosotros somos la base
del volcán, y su totalidad)
 
Es bonito pensar que los ardientes
brotan en estos tiempos de reconfiguración.