Si olvidáis los amigos y hasta a los allegados,
incluso, oh agradecidos, despreciáis al poeta,
que Dios os lo perdone; respetad,
por lo menos, las almas de aquellos que se aman.
Pues decid, ¿dónde vive, si no, la vida humana,
ahora que lo doblega todo un afán servil?
Por eso pasa el dios, indiferente,
sobre nuestras cabezas, hace tiempo.
Porque al igual que el año, en ciertas épocas,
está frío y sin cantos, mas del blanco
campo los verdes tallos brotan
y canta un ave solitaria,
y va creciendo el bosque, y el arroyo se agita,
y desde el mediodía sopla un aire suave
hasta la hora elegida;
así, como una muestra de un tiempo más hermoso
que, creemos, aún crece autosuficiente,
único, pío y noble,
en la tierra antes yerma,
así crece el amor, hijo del dios, de él solo.
Bendita seas, bendita, oh planta celestial,
cultivada con cantos, cuando
te sustenta la fuerza del etéreo néctar
y te madura el rayo de una luz creadora.
iCrece y vuélvete bosque, mundo más lleno de alma
y plenamente en flor! ¡Lengua de los que se aman,
sé idioma del país!
¡Y sea su alma la voz de todo el pueblo!
Die liebe
Wenn ihr Freunde vergeßt, wenn ihr die Euern all,
O ihr Dankbaren, sie, euere Dichter schmäht,
Gott vergeb es, doch ehret
Nur die Seele der Liebenden.
Denn o saget, wo lebt menschliches Leben sonst,
Da die knechtische jetzt alles, die Sorge, zwingt?
Darum wandelt der Gott auch
Sorglos über dem Haupt uns längst.
Doch, wie immer das Jahr kalt und gesanglos ist
Zur beschiedenen Zeit, aber aus weißem Feld
Grüne Halme doch sprossen,
Oft ein einsamer Vogel singt,
Wenn sich mählich der Wald dehnet, der Strom sich regt,
Schon die mildere Luft leise von Mittag weht
Zur erlesenen Stunde,
So ein Zeichen der schönern Zeit,
Die wir glauben, erwächst einziggenügsam noch,
Einzig edel und fromm über dem ehernen,
Wilden Boden die Liebe,
Gottes Tochter, von ihm allein.
Sei gesegnet, o sei, himmlische Pflanze, mir
Mit Gesange gepflegt, wenn des ätherischen
Nektars Kräfte dich nähren,
Und der schöpfrische Strahl dich reift.
Wachs und werde zum Wald! eine beseeltere,
Vollentblühende Welt! Sprache der Liebenden
Sei die Sprache des Landes,
Ihre Seele der Laut des Volks!
Friedrich Hölderlin, Antología poética, trad. Federico Bermúdez-Cañete (Madrid: Ediciones Cátedra, 2016), 130-1.