Estuve entre los tambores del terror de tus fatídicos anhelos
corroyendo las ideas que llevan a la resurrección del tiempo
pero el cuerpo se desploma ante las ganas de repetición
busco la satisfacción en la expulsión de falsos momentos
y, de nuevo, repito la procesión de horas de sueños en
dulces palabras, en ver como se pliega el espacio
cuando se recuesta las historias comunes
de huesos cansados en canas y
sobre todo derrumbes de miedos,
pero la transmisión es precaria,
no se logra cristalizar
los ojos de indignación,
no se logra recordar
los instantes,
las canciones,
los temores,
y la espera
ya no quiere
ser feliz.