El capitalismo en descomposición pintado por el fantasma de Vicente Huidobro

Laverne

"Para hablar de la poesía de Vicente Huidobro es preciso haceros una advertencia fundamental. Los que escuchan versos, por lo general, esperan algo de música, siquiera algo de ritmo en el poema. Ya podéis cerrar los oídos y abrir bien los ojos, porque en la poesía de Huidobro no hay música, sino... pintura! Ya sabéis que vais a ver, no a oír."
Joaquín Pasos
 
Saludos al mundo
     afligido sobre la manta
                          gravitacional.
 
El astro lleno de bombas ocultas,
tiene un parásito galáctico
         creciendo en sus entrañas.
 
¿Cómo hacés para girar y no volver atrás?
¿Cómo hacés para olvidar tu carne
         y seguir dando vueltas como si nada?
¿Cómo hacés para ocultar tu enfermedad?
 
Yo siempre te espero desde el azul de mis deseos,
siendo egoísta con lo irracional de los profundos olores
                                                que expele el fondo del océano,
te espero desde lo incandescente
            de las lágrimas de un volcán,
o desde el tufillo de amaneceres trillados de domingo,
o desde almohadas compartidas
          por los dictadores del dinero
               que consumen tus entrañas.
 
Los humanos dentro del astro
visitan muchas iglesias y acantilados,
cosidas al fuego lento de un destello,
que dura microsegundos en el suspiro
                                                del universo,
malolientes terrícolas,
los inmensos pecados
    de una misma especie,
o por el efecto giratorio
                     de la eternidad
                      de una guerra de clases,
todos bajo una misma atmósfera,
todos bajo una misma tiranía.
 
El mundo cae,
cae en la desesperación,
cae en la infancia,
cae en la corrosión,
cae en la mirada perdida,
cae en la consumación,
cae en la explosión atómica,
cae, cae, cae, hasta lo profundo
     de una pregunta sin respuesta,
     o hasta el fondo del basurero
              de una habitación  triste
                que tiene los ojos apagados.
 
El mundo finalmente explota,
caen los pedazos
      sobre la manta liberada,
la luna cae atraída por la soledad,
cae sobre los restos humanos en el espacio,
cae sobre la mirada perdida del volcán,
cae sobre el agua de los océanos liberados,
cae, cae, cae, hasta lo profundo
     de una pregunta sin respuesta,
y sus destellos solo son una mancha
                     en un telescopio alienígena
                      que nos dice finalmente "adios".