La mano que firmó el papel derribó una ciudad;
cinco dedos soberanos el aliento tasaron,
doblaron el globo de muertos y seccionaron un país;
estos cinco reyes la muerte a un rey causaron.
La poderosa mano lleva a un hombro caído,
el yeso agarra sus articulaciones;
una pluma de ganso puso fin a la muerte
que había puesto fin a las conversaciones.
La mano que firmó el tratado engendró fiebre,
y creció el hambre, y vino la langosta;
grande es la mano que domina al hombre
tan sólo por haber garabateado un nombre.
Los cinco reyes cuentan los muertos mas no calman
la herida encostrada ni acarician la frente;
una mano gobierna la piedad como otra el cielo;
lágrimas por derramar, ninguna mano tiene.
The hand that signed the paper
The hand that signed the paper felled a city;
Five sovereign fingers taxed the breath,
Doubled the globe of dead and halved a country;
These five kings did a king to death.
The mighty hand leads to a sloping shoulder,
The finger joints are cramped with chalk;
A goose's quill has put an end to murder
That put an end to talk.
The hand that signed the treaty bred a fever,
And famine grew, and locusts came;
Great is the hand that holds dominion over
Man by a scribbled name.
The five kings count the dead but do not soften
The crusted wound nor stroke the brow;
A hand rules pity as a hand rules heaven;
Hands have no tears to flow.
Dylan Thomas, Poemas 1934-1952 (Madrid: Visor Libros, 2001), 46-7.