No agitando solo mi pecho oprimido

Walt Whitman

No agitando solo mi pecho oprimido;
no en suspiros por la noche, en colérico descontento de
      mí mismo;
no en estos suspiros profundos, mal reprimidos;
no en numerosos pensamientos y en promesas violadas;
no en la voluntad de mi alma, obstinada y salvaje;
no en este latido y martilleo de mis sienes y pulsos;
no en estas curiosas sístoles y diástoles interiores que
      cesarán un día;
no en glotones deseos confiados únicamente a los ojos;
no en gritos, risas, derrotas, huidas de mí cuando solo
      estaba en lejanas soledades;
no en roncos jadeos entre los dientes apretados;
no en palabras una y otra vez proferidas, en charlatanas
      palabras, en ecos, en palabras muertas,
no en estos murmullos de mis sueños durante el tiempo
       en que duermo,
ni los otros murmullos de esos increíbles sueños de cada
      día,
ni en los miembros y sentidos de mi cuerpo que te saben
      asir y devolver continuamente; no allí,
y nada de todo aquello, ¡oh, adherencia!, ¡oh, pulso de mi
      vida!
Solo tengo necesidad de que existas o te muestres
     únicamente en estos cantos.
 
 
Whitman, ¡Oh, capitán!, ¡mi capitán! (Barcelona: Penguin Random House Group Editorial, 2018), 47-8.