Se me ocurre, como poeta del siglo XXI,
Como ser disruptivo, violento, radical, cabello a colores,
Fragancias verde y ópalos en el devenir de mi cuello,
Ser escogido por obra y gracia de la posmodernidad,
Escribir como un cáliz,
Calzar los manifiestos,
Asistir en vestuario de cometa a las marchas
Y colorear con firmas mis cuadernos reusados.
Sería una idea fenomenal
Lapidar la intolerancia,
Revestir las fragancias con cartas,
con epístolas
Disfrazar las discordias de ojos y niños
Pedir guadamas como flores sin liendres
O quizá solo tal vez
Revestir el festín de nombres
Con mis necesidades de cometa y niño en flor,
Admitir, finalmente,
Que me importan un pito los demás.