Sobre viejos papeles nuevos

Laverne

Es cierto la idea del viejo nuevo héroe de los papeles viejos en lugares inesperados. a veces me encuentro como si fuera un otro más tuanis, y recuerdo el texto de este mae que siento como un antepasado de la hablada por la forma en como mira sus viejos cuentos, los míos, son también viejos, se sienten más libres si los pienso ajenos, creo que todo el peso de la cuadratitud del sistema capitalista o de la isla o potrero, o como quiera llamar a la periferia la vieja burguesa, es real, nos oprime allá la creatividad para reducirnos a oscuros escritorios, o, con mejor suerte, nos lleva a ejercitar los músculos hasta destruirlos como pasa con mi compa rojilla y he vuelto a pensar que los signos de puntuación son reglas hechas por un españolete refinado en alguna oficina de Madrid, a mí me vale un culo si el mae no entiende de la estética del tercer mundo, donde las palabras puede expresar gritos, carcajadas, estupideces de borrachera, etc, etc, etc, bla, bla, bla
 
ahora, en una especie de pausa, esto va para la compa que me lleva a la alegría del terror
 
amiga obsesión: me haces falta solo desde la contrafactualidad
tiendo a tirar historias fantásticas a partir de momentos de realidad.
por ejemplo: me imagino sentado en un silla sencilla, clavada
en una finca del sur, llena de arcilla; te imagino siempre con la
vida en una mira, siempre sorprendiendo hasta el mae más satira
con la dulzura de tu doble vida, de ente consumida en la rima,
en un lado intransigente, donde podés, por ejemplo, romper un lente,
de la máquina de mentira en un marcha, y por otro lado, imaginarte
frente a un espejo con un tijera dejando caer sobre el suelo
pedazos de historias como si fuera fácil ser parte de una era
donde alguien con voz(s) puede hacer semejantes cosas
sin congoja, abrirte como una fruta en la ruta de tu investigación.
ahora tengo la imagen de una biblioteca chepeña,
entre libros hechos leña, tejiendo a los vivos tuanis
los que solo existen en viejos timos de barniz
de periódicos de derecha, y nos tiran la flecha
hacia el corazón, y ahora pierdo la razón
cuando invoco a las viejas tramas de borrrachera
en esta era en donde creo en cualquier partera
estas así como en un lugar de cualquier era
yo fuera del tiempo, y ya no siento tu ausencia,
es raro, tenerte como si fueras una historia inerte,
pero así está mal el tamal, en estas épocas de navidad,
que todos quieren vivir de la felicidad de una entidad
que no entiende ni una sola personalidad,
siempre estando solo en la imaginación,
sigo en esta obsesión del añico de la trama
sin pensar la rama de la historia que podría
llevarme hasta tus canas del futuro
donde veo los pasos de entes arruinados
por la historia, o por los papeles antiguos
donde no podremos irnos hasta concluir
con una versión de realidad que toma en cuenta
la contradicción, de tener una adicción y a la vez
quiere escribir soez, tirar todo al revés
y ver como ves con la mirada de la investigación
arruinado la inocencia de la declamación
no tenés corazón para ellos, pero si ves
los sellos, cuando pasas las páginas oficiales
de plebeyos…
aquellos
que la ley
quiere
borrar
sin
poder
mirar.
 
los papeles viejos tiene la ventaja de poder escribirse sin ser perdidos en la incógnita del almacenamiento en un espacio físico pero múltiple. ahora guardamos en discos de pedazos de silicio, pero ya no interesa si este pedazo de materia está en la comodidad de un posible asalto, sino que los servidores de los gorilas suavecitos nos guardan los bytes de nuestras ideas, ahora la pregunta obvia, ¿acaso los papeles son más fácilmente intercambiables que la virtualidad de una vida sin radicalidad suavizada por la paranoia de los aparatos de investigación de los polizontes de nuestras ideas?, ¿algunas de ellas seguidas de cerca por entidades oscuras que destruyen los discos y los espacios en los espacios en los espacios de los espacios de los espacios de la nube que cercan ahora el poder a un simple apagón de las ideas futuras? ¿estaré excitando la existencia de un yo antiguo desconocido?