Cazadores de dulces cervatillos,
respetad esos recién animales
que van semidesnudos por los bosques.
¿No veis que detrás de ellos
van chorreando un raudal de corazones?
Cayeron de la luz para abrazarnos.
Traen la aguda libertad del bosque.
De tiernos y desnudos chorrean savia.
De libres van desnudos como dioses.
Mañana lloverán a las ciudades,
levantarán las puertas de sus goznes,
mojarán el gobierno en miel de pueblo,
suavizarán los músculos del cobre,
podrán la libertad en cada acera,
colocarán el pan en cada pobre,
y podrán en el vientre de las fábricas
la potencia rebelde de los bosques.
(Guerrilleros)