Vigilia ante un guerrillero muerto

Jorge Debravo

Ven con tu muerte a cuestas
como un ojo terriblemente abierto.
En nuestro corazón te está esperando
arrodillado el tiempo.
De ahora en adelante vivirás
en una inexpugnable fortaleza de huesos,
gozando los abrazos
maternos de los pueblos
y la recia ternura de los hombres,
modelada con rifles y con besos.
 
Todos los carillones de la tierra
sonarán en tu cuerpo.
Te nombraremos Jefe de la Vida,
Capitán del Amor y del Respeto.
Habitarás las carnes de los padres,
los ojos de los hijos y los nietos
y desde el fondo de todas las placentas
seguirás vigilándonos y oyéndonos.
 
(Guerrilleros)