Siento los cordones amarados con amargura,
y la sangre fluyendo, casi normal,
en la infinita pregunta,
de ¿qué soy?
Camino hacia abajo por el paso de la vaca,
solo con mis dudas,
el pavimento, y una chorcha de cemento
donde yace el manicomio parlamentario,
y donde llegan a brindar
toda la izquierda del capital.
Veo pocos ojos sinceros tirados,
—al subir la conciencia—
decir sentencias lapidarias,
suicidándose en cada pestañeo,
por la furia de los males,
como diminutos puñales
que carcomen unas entrañas
con esta verdad,
y lejos en el fondo de un vaso vacío,
están solas, las almas contrariadas,
tiradas entre cartones hediondos
de perezas y sudores compartidos,
detrás de las pupilas que dejan
ver sus verdaderas almas azotadas,
trashumadas, mecanizadas,
llevando hasta las últimas consecuencias,
la pudrición de esta maldita ciudad de dolor,
los veo escudriñando en las sobras,
de las grandes cadenas,
con sus manos negras,
sus andrajos violados,
nadando en la basura transnacional
del capitalismo global.
La vista es una bala,
y acribillados los pensamientos,
y los piedreros de la mierda,
y los enredados domingos de resurrección,
que aparecen como gritos antiguos,
en las calles desordenadas,
puedo ver los aces de confeti
de la avenida central,
donde los barrios devastado
se fusionan con los bunkers
de la zona roja,
en los caseríos temporales,
de los nuevos obreros,
o de los viajeros,
donde se ven los borrachos amarados,
y los que solicitan gritar el fin del año laboral,
junto a las amigas mercancía de la vergüenza,
tratando de anticipar la borrachera sin trazos,
regocijo obrero de navidad,
donde el aguinaldito
sufre la venida y la muerte,
por la fiesta del olvido,
el alcohol y TODOS los sueños
de navidad cumplidos,
en una noche tenebrosa,
que nos hacen llorar mentiras,
de la maldita hipocresía,
de las burguesías piadosas de los
canales nacionales
con sus lágrimas
de cocodrilo,
y las casas "regaladas",
con el sudor robado,
por la plusvalía.
Espero en las ansiadas mentiras,
en los sueños imposibles
de una vuelta infinita,
que vuelque la contradicción hacia un
sentido favorable
que nunca llega.
La realidad me tiene alejado
de la idea de TU revolución,
que solo es un mierda muerta
en cada esquina,
donde los chamacos,
se amontonan para no trabajar
y fumar la piedra del olvido.
Y el tiempo como el reloj de la derrota
de cada una de las revoluciones pasadas...
Estoy amarrado a la desesperación
de un secuencia abierta
a muchas preguntas,
que terminan en tesis muy claras:
capitalismo de estado,
sindicalismo putrefacto,
y la mierda de los bailes
de la división de los barrios,
mercados llenos de frutas podridas,
la tristeza de los cartones
en todas las lluvias posibles,
los niños del cemento,
los gritos del encuentro
con la locura....
Los átomos hacen BOOM,
mi carne respira en la destrucción
de todas las células que ayer vivían,
inserto en líquidos
que duermen la esperanza,
en esta ciudad nauseabunda,
del humo del recuerdo de lo imposible,
de los gritos que llevamos como amuletos
en el recuerdo,
donde nada llega, nada acaba, nada cambia,
el mismo pavimento, el mismo hedor,
la misma piedra,
y finalmente he llegado,
al lugar acordado,
para nuestra reunión.