Estado jardín

Allen Ginsberg

Solía serlo, granjas,
casas de piedra sobre verde césped
una colina boscosa para jugar al Campamento en la Selva
carreteras de asfalto a través del Lincoln Park
 
Los comunistas iban de picnic
entre las amarillas forsitias, magnolios
& flores de manzano de la primavera, pálidos brotes
brisa de mayo, junio azul.
Entonces llegó la Mafia, el alcohol,
autopistas, la basura vertida en ciénagas, la especulación
del suelo, la II Guerra Mundial, el dinero
corrió a través de Nutley, los bulldozers
 
Einstein inventó las bombas atómicas
en Princeton, antenas de televisión
brotaron sobre West Orange —lobotomías
realizadas en el Hospital Estatal de Greystone.
 
Antiguos cementerios detrás de iglesias
en verdes lomas, indicadores de paso inferior, como tableros
    de ajedrez
en los puentes de Evie Railroad,
la pintura desvaída, permanecen.
 
Me trae a la mente un tiempo en que el agua pura
del estanque era verde, para beber o nadar.
Canteras de piedra incrustadas
de amatistas, tranquilas los domingos
 
Me daba miedo hablar con nadie
en Paterson, no fuera que mi sensibilidad
al sexo, la música, el universo, fuera descubierta &
me convirtiera en un hazmerreír, golpeado por muchachos
     de color.
 
«Sr. Profesor» dijo el holandés
de Haledon Ay. «Julio apestoso» dijo
Joe mi amigo negro, de pelo crespo.
Oldsmobiles pasando delante de mis gafas.
 
Había invernaderos al sol junto al Passaic,
Pequeñas casitas en Belmar junto al mar.
Oí la voz de Hitler en la radio.
Yo solía vivir en aquella colina de allá arriba.
 
Arrojaron huevos a Norman Thomas el orador socialista
en el Parque Militar de Newark, los policías
miraban y se reían. Solía asesinar
huelguistas de la seda en la calle Mill en los años veinte.
 
Encended ahora vuestra caja boba
Explican sin recato la burbuja de hidrógeno
de Harrisburg, la guerra de Vietnam,
no han dado parte del fin de los jardines de Jersey,
 
mucho menos aún del fin del mundo.
Aquí en Boonton fabrican bolas de cañón
para Washington, tenían viejas minas de hierro,
vertederos, cocheras —tranvías eléctricos
 
atravesaban Newark, jardineros roturaban céspedes en los
    prados
Buscad las noticias en vuestro propio patio trasero
sobre la encalada verja de madera, signos desvanecidos
en los pisos superiores de fábricas de ladrillo rojo.
 
El personal de la Terminal de Datos está en pie en la
    carretera 40
ahora. Juntemos nuestras cosas. Volvamos
los domingos & cantemos antigua música de primavera
en la pradera del Hospital Psiquiátrico del Estado de
    Greystone.
                                                               Primavera, 1979


 
Garden State
 
It used to be, farms,
stone houses on green lawns
a wooded hill to play jungle Camp
asphalt roads thru Lincoln Park.
 
The communists picnicked
amid spring's yellow forsythia
magnolia trees & apple blossoms, pale buds
breezy May, blue June.
Then came the mafia, alcohol
highways, garbage dumped in marshes, real
estate, World War II, money
flowed thru Nutley, bulldozers.
 
Einstein invented atom bombs
in Princeton, television antennae
sprung over West Orange  —lobotomies
performed in Greystone State Hospital.
 
Old graveyards behind churches
on grassy knolls, Erie Railroad
bridges’ Checkerboard underpass
signs, paint fading, remain.
 
Reminds me of a time pond’s pure
water was green, drink or swim.
Taprock quarries embedded
with amethyst, quiet on Sunday.
 
I was afraid to talk to anyone
in Paterson, lest my sensitivity
to sex, music, the universe, be discovered &
I be laughed at, hit by colored boys.
 
«Mr. Professor» said the Dutchman
on Haledon Ave. «Stinky Jew» said
my friend black Joe, kinky haired.
Oldsmobiles past by in front of my eyeglasses.
 
Greenhouses stood by the Passaic in the sun,
little cottages in Belmar by the sea.
I heard Hitler’s voice on the radio.
I used to live on that hill up there.
 
They threw eggs at Norman Thomas the Socialist speaker
in Newark Military Park, the police
stood by & laughed. Used to murder
silk strikers on Mill St. in the ‘Twenties.
 
Now turn on your boob tube
They explain away the Harrisburg
hydrogen bubble, the Vietnam war,
They haven't reported the end of Jersey’s gardens.
 
much less the end of the world.
Here in Boonton they made cannonballs
for Washington, had old iron mines,
spillways, coach houses —Trolleycars
 
ran thru Newark, gardeners dug up front lawns.
Look for the News in your own backyard
over the whitewashed picket fence, fading signs
on upper stories of red brick factories.
 
The Data Terminal people stand on Route 40
now. Le’s get our stuff together Let’s
go back Sundays & sing old springtime music
on Greystone State Mental Hospital lawn.
 
                                                              Spring 1979

Allen Ginsberg, Oda plutoniana. Poemas 1977-1980 (Madrid: Visor Libros, 2008), 109-13.