Para la gritona de un bar
Tengo la capacidad de disentir discernir la curvatura de la tierra,
pero no puedo olvidar tu voz,
puede sentir lo que Galileo imaginaba en la oscuridad
y no puedo ver la necesidad de expresarme dormido
tu sonido.
El levantar no me preocupa demasiado,
ya que el abismo no es lo mismo desde que conozco
a historiadores poetas,
ahora quiero,
como en un tiempo que te cuenta (la ETA)
sobre una explosión inútil,
que los hechos de la historia
aún no se censuren
por la violencia de tu voz.
En fin, aún espero la evidencia
sobre la antena aplastante caída
de la realidad absurda de un tipo que
llega al límite de la pasión con tu melodía.