Para el anarco
José Domingo Gómez,
fraternalmente,
nuestra verdad.
Ya han pasado muchas cárceles donde
se bañaba el alma la humanidad,
y aún no llega la unidad
en nuestros queridos suburbios.
Hoy vi cuerpos podridos en sociedad,
niños rotos en las esquinas de la suciedad,
amigos tristes, como si todo fuera un chiste,
y no noto la llegada de la libertad.
Un ebrio triste ama la Nación,
otro, en la vigilia, pierda toda noción
y nuevamente las esquinas podridas de los bares
esconden malditas banderas sin los amarres,
como campesinos en épocas de zares,
la descomposición surge entre estos males,
como una exposición de fatídicos imanes,
estos dividen a los sabios roedores
porque ya no hay verdaderos amores
solo nuevos-viejos dolores.
Quisiera que no nos cancelen
la mirada viva del obrero rojo,
para conservar solo un poco de enojo,
para que todo salga de este manojo,
cuando locos tumben todos los cerrojos.
La vida expira,
ya no vive de subida,
queridos suburbios...
espero tiempos mejores,
microbios en espacios pintones,
que logran provocar rubores
en nuevas-rebeldes canciones.
Que se quemen todos los horarios,
que se ataque todos los novenarios,
en cada himno hacia patrones varios,
se causen mudos horrores,
que la gloria vuelva a corroer
el odio de causas mejores.
10-3-2019