Los salmos fosforitos (XXVI)

Berta García Faet

XXVI.
 
El verano echa raíces filosóficas
que, embarazadas de mujeres españolas
con lacitos y cinturones,                 a toda
                                                       flor de irracionalismo,
auspician el advenimiento del botín. Ah el arte urbano!
Ah las canciones de amor del 2015!
Departo sobre anochecidos Brooklyns,
                        sobre amanecidos Harlems.
Vendrás conmigo a Cuzco? Tal es Dios,
cual coito, cual Ovidio?
esta información es redundante, chico
 
Anudo los chorros de vino blanco
a un almibarado tendón, allí y hic
la otredad es la promesa de viajar gratis al Perú
cual los gajos
                     del oficio. Ah
la literatura y los ululamientos! Ah
el fluido tan callando, Señor
del lago breve!
Deshago el nudo anti-gordiano
de las casualidades y de los chorros
de vino tinto
y oxitocina, barrizales de dulce de leche
y actas de diputado o reputados
glandes
de Cuzco, almibarados,
                 buenos para el análisis sintáctico
                 de los materiales inmateriales (hablo del alma
                 inmortal),
                 buenos para fortalecer las pepitas de las mujeres
españolas, abrigadoras de pasaportes,
más corazones los brazos
que los mismísimos brazos, novelistas!
 
Así encaro el principio, Señor, como todos
los principios
de trenes de soles,
de irrigaciones, cual bebé,
                          cual mujer española enroscada en la siesta
                          del brinco conceptual del
                          ladeado cacareo,
                                        a toda flor
                                        de irracionalismo eternamente.
Y así y así, desde el óvulo,
con 3 o 4 novelistas de Lima o de Cuzco a las 2
espaldas
eternamente,
procedo a encarar la cabalgadura.
A veces hay caballos. Ves?
 
Hay sangre
…más corazones los brazos que los mismísimos
                                                          brazos del dolor
(que tiene 3 o 4 brazos),
retasando el valor digitígrado
de abrirse de cerrase.
Desde entonces crezco para adentro
como las raíces filosóficas (noli foras ire;
almibaradas, conmigo o contigo,
almenas, cinchas!),
               porque me muero adentro, y para afuera
               no hago pie
               ni hago pie. Es cierto que vendrás?
 
Más hacia afuera. Es complicado. Sabes escanciar
entes y novelistas?
 
Los mismísimos brazos cual peonza.
Cual fieras bucólicas o cojas margaritas,
coge más margaritas coge más margaritas, novelista
del sur
           de Lima (o de Cuzco),
           de subclavio aureolado. Tú sí
 
me amas. Al calor de 4 puntas de estrellas 2
espaldas
se tocan.
ES MUY COMPLICADO
ESTOY ESFORZÁNDOME MUCHO;
oh ven, ven tú! Yo soy ardiente
yo soy morena
mi frente es pálida cual las margaritas
cojas del Perú. Frente a los lexemas de Brooklyn,
                                       los morfemas de Harlem.
No, en serio, novelista, cuándo?
 
Berta García Faet, Los salmos fosforitos (Madrid: La Bella Varsovia, 2017): 61-63.