La muerte fue angustiosa.
Sucedió poco a poco,
No de golpe.
O sea que fue por mucho tiempo
Un extraño cadáver que vivia por partes
O un vivo muerto a plazos.
Mas cuando se hubo muerto por completo
Comenzó a vivir, aunque
Arrastrando pedazos de carroña
Y el aire ya le olía
No a mierda sino
A aire, simplemente.
Virginia Grütter, Poesía de este mundo (San José: Editorial Costa Rica, 1999), 79.