En el vagón una muchacha solitaria. Mira por la ventanilla. Afuera todo se desdobla: campos arados, bosques, casas blancas, pueblos, suburbios, basureros, fábricas, perros y niños que levantan la mano y dicen adiós. Apareció Lola Muriel. Agosto 1980. Como las arañas del camping, se desplaza tejiendo una red sobre mi rostro. (Sueño rostros que abren la boca y no pueden hablar. Camino por el pasillo de un hotel. Despierto.) Lola Muriel, ojos azules, andaluza, en la piscina lee los cuentos de Poe. Deja estelas sueños de pirámides entrevistas desde la selva. Me atemoriza, me hace feliz. (Sueño que veo llover en los barrios más distantes. Camino por una galería solitaria. Despierto transpirando.) ¿Agosto 1980?, ¿una andaluza de 18 años?, ¿el vigilante nocturno, loco de amor?
Roberto Bolaños, “Gente que se aleja”, en Poesía Reunida (New York: Penguin Random House Grupo Editorial, 2018), 246.