Los recuerdos de hombros visitados palpitan.
Los tambores de nuevas generaciones saludan.
Las frases enredadas del ardor, continúan el cause
de su infinita degeneración.
Los azulejos de las esquinas del alba,
se empiezan a doblar del lado triste.
La mancha de la desesperación penetra
las costillas de alguien.
Las respuestas se cosen al alma, al caminar.
Las abuelas lloran sin haber nacido ayer.
Los criados se suicidan al sonar del reggaeton.
Las balas de plomo, abrazan la muerte en
frente de la gente sin ninguna redada.
Las preguntas se tienden a disolver en el son.
Tu mirada de preocupación me levanta
(debajo del ánimo)
una esperanza.
La conjugación de los verbos
del tiempo,
nos herrumbran
las bases de nuestra
discusión,
Los amados
lados,
se
vuel-
ven,
en
la
ú-
ni-
ca
o
p
c
i
ó
n
.
a
m
o
r
.