Decir algunas frases que logran
imaginar un flor que no mata.
Estoy declarando versos inciertos
para la sutiaba en espacios de guerras
de liberación de una opresión que le
hace juego al Estado futuro de infinitas
situaciones de desesperación
de decisiones político-económicas.
Yo te veo como mi resurrección materialista,
como el sueño que suele acabar cuando la
imaginación muere en la espera inútil.
Yo no quiero que se piense
que la sutiaba es un simple remplazo
de una idea frágil.
Ella expresa la pasión que
cualquier amor quisiera derramar
en la espera complicada
de acordes al sonido del alma
que imagina labios radicales.
Los sufrimientos se pueden
compartir en la espera de la explosión
de una futura contradicción
en la víspera de la muerte
de una pasión que no logra
besar la imaginación
de la querida autoproducción
mítica del ser.
Yo quiero que seas siempre
muchas preguntas incómodas,
que representes los espacios
de explosión de la penetración
pequeño-burguesa de toda
esta situación infinita de la
adoración conspirativa de lo
que se considera inconmensurable.
Estoy esperando con ansias
el tiempo marchito de estar
enamorado de una piel morena
que explota en la soledad.
Por mí, viviría de lo imposible
de las frases que se dibujan
en las posibilidades de la locura
que nunca rompe con los estándares
de lo resentidamente rebelde.
El alma del pequeño-burgués
voluntarista no puede desechar
posibilidades inútiles en la espera
del contacto del mañana,
las espera es feliz y uno logra dormir.
Espero en el tiempo la revolución
interna del alma de la sutiaba
que aún ama más allá
de los espacios de la idealidad
de vidas ridículas paralelas.
Así no más se acaba el progresismo,
y se asume la vida de condescendencia radical
de lo que consideramos belleza:
la construcción de un flor asesina
que amorniza la pena de vivir
en la cárcel de tus días de ausencia
en la víspera de noches de infinitas preguntas sin respuesta,
en la ganas de revertir lo siempre deseado,
acariciando una objetividad divina,
cumpliendo los sueños de mi soledad.