Poema de fútbol

Laverne

me acordé de las llamas
y los días donde lloraba la montaña,
y vos desde la furia de sus entrañas
hablas del juego divino del óxido
y de las relaciones humanas.
 
hoy abro dos libros de piel en flor,
e invoco a mis diosas desangradas
para tener el olor inserto en lo profundo
de mis neuronas, como una flecha
que juega entre las ramas para
asesinar a una presa indefensa,
en medio del gol.
 
Te veo lloviendo futbol y espejos,
y por eso me encanta el juego... 
 
Estás esperando desde el futuro
para qué las sombras, que tanto
esperan la demora, logren asesinar
sus miedos, para volver a la fiesta
 de los chifrijos y las cervezas,
 en los bares del estadio.
 
hoy, me acordé de las llamas,
y las noches oscuras,
y el recuerdo de tu voz,
que sale desde lo más oscuro
de la espera,
para hablar del balón,
y las relaciones tóxicas,
con la cancha.
 
Como volviendo a las entrañas,
como deseando que hoy fuera
un colibrí que viaja en el tiempo,
y que logra modificar la espera,
para ver nuevamente como el sol,
que nos conspira,
lleva a la luz dos puntos
          que mueren en la destrucción,
             de la cruda realidad del amor,
                en el estadio de alajuela...