Para unos gritos desde torres mayas.
Siento la paz de Juan Vera
cuando no estás
he imagino caras
haciendo muecas.
Dos días y doscientas noches
sin iras, sin Astras Senecas,
ni las últimas pomadas
de la soledad.
Recuerdo de llaves perdidas,
y ganas del olvido,
y un balcón donde logré
sentir la fuerza de la historia.
Nunca podré divergir
dos ideas,
nunca podré irrespetar
en medio de un debate
fraterno.
Hubo días que sentí
ríos de poesía,
y sostuve la libertad.
Hoy solo barrios e ideas,
de aquellos días.
Todo por el virus.