Bienaventurado el hombre que no sigue las
consignas del Partido
ni asiste a sus mítines
ni se sienta en la mesa con los gangsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su
hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios
comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans.
Será como un árbol plantado junto a una fuente.
Ernesto Cardenal, "Ernesto Cardenal (1925)" en Antología: La poesía del siglo XX en Nicaragua (Madrid: Visor de Libros, 2010): 297.