Celda N.2

Magda Portal

Prisión con orquesta de pájaros,
bajo la higuera pródiga de frutos.
Detrás de muchas rejas está la libertad
esperándonos con los brazos abiertos.
 
Todos los días son idénticos
en el calendario del preso;
a veces ni se sabe qué día es,
y con qué angustia se persigue
la ilación del tiempo
como si nos fuéramos a caer
en un pozo vacío.
 
Amanece con rezos
pronunciados con la misma voz que no cambia,
las reclusas repiten mascullando
avemarías, padrenuestro,
 
Más tarde se oye el himno ¡somos libres!
cantando a toda voz por las reclusas
del colegio...
 
Tenemos varios metros de prisión
para solaz, y algunas plantas verdes,
y flores alcanzadas por una mano amiga
para recreo de los ojos.
 
No está mal la prisión
         tenemos aire y cuando hay sol,
tenemos sol
El pensamiento es libre
y si tuviéramos dos alas
también podríamos volar.
 
Se van los días uno a uno,
el preso los cuenta,
primero las horas, luego los días,
luego ya son los meses...
y los días son largos,
las noches no tienen término.
 
¡Cómo da pena perder así los días
como monedas de oro
que se cayeran en un hueco!
 
El preso es como un muerto
en un ataúd de rejas y silencio.
Hay un paréntesis de vida
desde el día en que se pierde la libertad
hasta el en que se recupera.
 
Días en blanco rubricados por el dolor
de los que esperan
con las manos tendidas.
Uno hace muchas cosas por olvidar
la obsesionante realidad de la prisión,
juega a las cartas,
o canta, o inventa juegos,
pero nada,
retorna el pensamiento:
e s t o y  p r e s o.
 
Y así como las fieras
cogidas en la selva libre,
roemos nuestros hierros
sin comprender por qué se nos encierra.
 
            Lima, enero de 1935. Prisión.
 
 
Marta Portal, "Costa Sur (1945)" en Obra Poética Completa (Lima: Fondo de Cultura Económica, 2010), 228-9.