Anarco-punk, para vos.
La última vez que vi tus flores,
sentí al olvido llorar en tus falsos olores,
inmediatamente presentí
la caída de nuestro astro de colores,
volví a rendir en la mano las voces oscuras,
quise repartir tus olvidados labios sin cura,
avancé a la gloria del falso adiós,
y pensé:
“ya no quiero más conspirar contra tu ángel amado,
(telepáticamente, con el poder del silencio rasgado)
ahora solo quiero aplaudir
el sonido de tu existencia,
llover menos las alas de la angustiada anuencia,
adorar las frases serias y
esperar a no trillar,
darte un poco de las ansias
de no arruinar, con palabras, todas las mentes,
(y sobre todo, no olvidar a pintar)
reír sin ganas de reír,
llorar sin ganas de matar,
limar las perezas del tiempo obrero que no llega,
mirar tu sonrisa con el nuevo son de un saber que reniega,
y animar a los muertos a correr en tu recuerdo, sin más”,
así estoy,
viendo al viento caminar en nuestras señales
para hurtar nuestros colores y sabores
cuando florecía nuestra ansiada animosidad.