En este momento estoy sentado solo, pensativo y
suspirante.
Me parece que hay otros hombres, en otros países,
suspirantes y pensativos.
Me parece que puedo mirar más allá y verlos en
Alemania, en Italia, en Francia, en España,
o lejos, más lejos, en China, o en Rusia, o en Japón,
hablando otros dialectos,
y me parece que si yo pudiese conocer a estos hombres
llegaría a unirme a ellos como lo hago con los
hombres de mi país.
¡Oh! ¡Yo sé que seríamos hermanos y amigos!
¡Yo sé que con ellos sería feliz!
Whitman, ¡Oh, capitán!, ¡mi capitán! (Barcelona: Penguin Random House Group Editorial, 2018), 51.