La balada de la cárcel de Reading (6/6)

Oscar Wilde

En la cárcel de Reading, cerca de la ciudad,
    hay una fosa de oprobio
y en ella yace un desgraciado
    devorado por dientes de fuego;
yace envuelto en un sudario abrasador
    en una tumba sin nombre.
 
Y allí, hasta que Cristo llame a los muertos,
    en silencio dejadle reposar,
sin malgastar lágrimas insentatas
    ni lanzar aparotosos suspiros:
el hombre había matado lo que amaba
    y por eso debía morir.
 
Y todo hombre mata lo que ama.
    ¡Sépanlo todos!
Unos, con una mirada cruel;
    otros, con palabras zalameras;
el cobarde, con un beso,
    el valiente, con una espada.
 
 
Oscar Wilde, La balada de la cárcel de Reading (Barcelona: Penguin Random House Grupo Editorial, 2017), 67-9.