Aún te veo sentada en un prejuicio-precipicio
y te quiero empujar hacia el hastío-no-mio
para que no podás tocar los pétalos de otras estrellas
que solo brillan cuando se apagan los hilos de la rutina, mira,
y ahora,
como una quimera,
vuelvo a pensar en nuestros antepasados futuros, amigos,
y nuestro orgullo de ingeniería
donde la forma de nuestra identidad
nos reboza la felicidad de atender
la necesidad de crecer en nuestra historia
que solo es real en un futuro donde
los vacíos se llenan de esperanza de
que estás en la misma especulación,
sino sería un buen tema de exposición
de un comunista con la pasión de un
anarquista que solo quiere la caída
del estado actual de esta situación,
así te veo como una acción individual
que tiende al totalitarismo-dicotómico
de una pernición de radicalidad sincera-amena.