Rojas están las manos. La guerra anda por dentro
de las manos arando.
La guerra anda en nosotros buscándonos lo humano,
derribándonoslo.
¡Ah, cómo pesa ahora la guerra entre los ojos!
Cómo duele en la córnea su gran lámpara roja,
su golpe de metal en las rodillas,
su herida indestructible en nuestra boca.
La guerra está de pie en el centro del hombre.
Algo nos siembra siempre semillas de soldado.
¡Socórrenos, amor! Estamos solos
escuchando la muerte que nos ara las manos.
Jorge Debravo, "Los depiertos" en Los despiertos Guerrilleros (San José: Editorial Costa Rica, 2017), 49.