La criatura rubia
yace en medio de la calle.
Tiene las tripas fuera
y por una cuerda suya
un tren que ignora.
La cara es un haz
de sangre y de nada.
Luce un pececito
–de los que flotan en las bañeras–
junto al camino.
Cae sobre el camino oscuro,
lejos, aún una luz dora
la creación del futuro…
¿Y el de la criatura rubia?
Fernando Pessoa, Un corazón de nadie: antología poética (1913-1935) (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2017): 539.