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Retomando tu vieja idea de libertad
Laverne

lejos de la intensidad de una moralidad fingida, encerrado en un cuarto para un gringo en un Miami falso, a la espera de una huida hacia una posible luz que llegará en tiempos en donde no dejaré tus semillas, aguantando la tortura de los grillos, siendo un despacio anhelo de una compañía inútil, intentando encontrar en los detalles de la burocracia aérea que nos ha destrozado las espaldas con la máquina de llorar, se me viene a la mente el día en que sentí, en tus ideas, una vida entregada a los detalles de las almas sufridas, anhelabas una libertad que me resultó tan atractiva como la forma en que mirabas el reloj para detener el tiempo... yo aún estoy con el temblor de esperar hasta que el pelo se haya ido a un lugar donde dormirse y morir, sigo con la idea de que con la simple franqueza de la intensidad, se volcarán los barcos a mi favor, no he dejado de tirar los segundos por debajo de la cama para que me mantenga en la órbita del tiempo entre los reencuentros… ya casi escucho cuando leo, el silencio es tan amargo, que las hojas de un bosque en donde no estoy, aún pueden escuchar la forma en como se mueren sus anillos, las hojas se amaran al viento para no sonar al caer, y nadie las ve… así creo que se siente cuando estas maquinando algo que solo tiene materialidad desde la polémica de los sentidos que quisiera darle a nuestra farsa… ya no creo en lo que una vez creí, y eso da vergüenza, si lo que creí era tan triste como el deseo de lo falso… ahora solo quiero lo que me permita resucitar del silencio, pero cuando se acercan la cumbre de compartirte una mirada, solo busco recordar como sentía el silencio e inmediatamente llega el sonido del mar que amé solo una vez… ¿por qué te creí ver en la idea de ese espacio?… lo que evidentemente es un falso recuerdo… la memoria ya no funciona como el cementerio de nuestros anhelos, ahora solo sirve para recordar lo perdido, la anticipación se ha vuelto al lugar en donde nadie la cree (al pasado), ahora tiene más futuro un museo botánico... lo triste de la anticipación es que ya no cree en consumarse, es solo una simple idea, una falsa totalidad, que da sentido a lo que no pasa, ya que le rascan las ganas a la espera que se siente cansada en una sala de operación... solo quiere morir y dejar pasar la destrucción de las almas… y ahora creo entender porque ya no confiás en los duendes -viejos amigos de los bosques donde viven tus amigos- son unos impostores que quieren construir una teoría de conspiración, y al final son las ideas emprendedoras las que hacen la función en el espacio donde supuestamente está tu libertad… de hecho, en las últimas mentiras nacionales, propusieron un candidato al trono… una falsa libertad pequeño burguesa que abrazas como si fuera de una obrera situación...


Soledad en las vísperas de la revolución
Laverne

yo sé que no existe más que una espera ficticia de un tren en un país en llamas, igual estoy produciendo este signo como base en una mentira, con palabras, sonidos, expresiones faciales, un recorrido aleatorio como en una pequeña cárcel sin rejas, con un espeso espectro de sal que carcome las entrañas de las divisiones sociales, esperando lo que nunca podrá llegar sin unas  cuantas oraciones al dios de la probabilidad, no estoy diseñado para abrir los corazones que duermen en el confort de la repetición, que sigue anhelando lo aparente, lo que se deshace con un empuje  de palabras podridas, que continúan su camino sin el viento de las películas cursis, hay un basurero junto a la recámara  que impide crea deseos, y la llama que enciende el país es una secuencias de derrotas y la gente sigue sentada en sillones con huecos, la desesperación toca las canas de los comunistas cansados, la chispa se sumerge en el mar de la desesperanza, los días se han vuelto lluvia de grises, las cárceles se han metido en el inframundo de la tristeza para no llorar en las calles de San Sebastián, las viejas calmas de nuestras dulces abuelas se han suicidado aquella noche de terror cuando bajó el demonio, ya no hay luz ni para acostar la paciencia en besos de despedida, ya ni siquiera te espero en la posibilidad, ya no confió en la suerte del alzar, todo está tan medido, que me rasco los centímetros todos los días que me peino en la mañana, no se logra leer la hora cuando uno quiere salir de los sueños, los árboles se despiden para no brindarnos compañía, estoy cada día más carcomido por la franqueza de los barrios bajos, no se como brindar consuelo al niño del sueño de navidad, quiero salir de la facultad de sentir, tomar el primer bus hacia el infierno de tu ausencia